
El proceso de descarbonización se está llevando a cabo de manera gradual tanto en España como en el resto del mundo, con el fin de poder frenar y mitigar las principales consecuencias derivadas de la contaminación apostando por energías renovables y limpias.
No solo el transporte es el causante de la contaminación. Otro de los puntos más preocupantes son los pozos y las centrales térmicas dedicadas al carbón; por eso, los gobiernos de un gran número de países están procediendo a realizar el cierre permanente de estas instalaciones. El carbón es una de las fuentes de energía más tradicionales, sin embargo, su combustión genera un impacto negativo en el medio ambiente. Los gases tóxicos que producen son el principal motivo por el que diversos países han acordado ir eliminado de una manera progresiva la explotación de las minas de este fósil.

Además, las normas europeas son las que están marcando estos acontecimientos, ya que están enfocadas a hacer desaparecer por completo las minas de carbón y las centrales. Una de las labores fundamentales es ir cambiando paralelamente el uso de estas fuentes tradicionales por otro tipo de energías mucho más respetuosas, aportando un beneficio positivo tanto para el medio ambiente como para la economía.
En resumen, la combinación de una correcta estrategia de eficiencia energética junto con la utilización de energías sostenibles es la fórmula correcta para terminar de manera paulatina con el temido cambio climático.